sábado, 28 de enero de 2012

Lo que contentaría a nuestro presidente

Si el ministro de defensa
fue vendedor de armas negras,
si el de medio ambiente
tiene acciones en petroleras,
nuestro Presidente estaría orgulloso
que en su España "serena"
el examinador de selectividad
sea un joven con amigos que suspendan.


sábado, 7 de enero de 2012

El Callejón


Adentrémonos por este antiguo, lúgubre, solitario callejón, en donde es costumbre emborracharse de poesía para combatir la timidez. Allí no hay peor droga que un intrigante libro; de hecho, una vez lo hayas empezado, inhalarás hasta la última de sus páginas sin siquiera darte cuenta.


Allí se trabaja con el sudor de nuestra propia frente no sólo para ganarnos las cuatro migajas de pan; sino también para donar una a los desfavorecidos, vástagos de nuestros ancestros. Esto, naturalmente, no se hace por compasión, sino porque derecho suyo es tres veces al día comer, independientemente de lo que aporten a los mercados. De esa manera, uno puede reposar con la suprema almohada que es la consciencia tranquila tener.


Allí, es costumbre ostentar bellos jardines labrando esos magnos árboles de la amistad. Para que broten, primero, se planta la semilla de la noción; luego, se echa el abono de la correspondencia -imprescindible para que el árbol crezca robusto y no sea derruido por las primeras ráfagas adversas-. Si aún así crece pachucho, un poco de fe, esperanza, comprensión e iniciativa personal nunca vienen mal como medicina. Todo esto, claro está, podando las malas ramas llamadas envidia y autoritarismo ínterin.

Allí podemos hospedarnos cuando queramos: ¡sobran tantas casas! Y si por algún fortuito casual hiciesen falta más, se expandiría hasta transformarse en una megápolis que abarcase todo el planeta. ¡Desconozco palabra alguna para describir tal paraíso! No hay idioma que pueda otorgármelas. Quizás, si evolucionamos guiándonos por el bien, nuestros descendientes lo denominarán “Tierra” u “hogar”, pese a que nosotros, ahora, le llamemos, erróneamente, utopía.

Adentrémonos en este barrio de altruistas, de gente que ama sin esperar nada a cambio. Adentrémonos en este callejón que está en el interior de nuestro corazón. Adentrémonos para nunca salir. ¡Mudémonos!


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Fuente foto: http://www.nachofrutos.es/category/blanco-y-negro/page/2/

Esperpento en clase de física

Tras comer unas setas deliciosas entro en el aula de Física.

En el fondo se aprecian unas enigmáticas cajas negras, que llevan años sin abrirse, al menos en público. A su lado, hay unas vitrinas en donde se exponen diversos aparatos de laboratorio, viejos en edad, mas, ojito, vírgenes en uso. Estos instrumentos son semillas que pueden germinar nuestro gusto científico si salen de su cáscara.

Entran los estudiantes. El profesor imparte la lección. Algunos alumnos intentan memorizarla, como buenos científicos; sin embargo, el profesor es malo, muy malo, el más malo: le cuesta entender que 10 fórmulas con sus constantes y sus exponentes no se memorizan de un día para otro. Otros charlan o dormitan, según el día, puesto que saben que se lo explicará su profesor particular, ese cuya peor pesadilla es que los alumnos aprendan a aprender. ¡Sería como asesinar a su gallina de los huevos de oro! Unos pocos camaleones se camuflan silenciosamente entre la gente, ocultando sus vicios, sus vergüenzas, sus estigmas: currar para obtener sobresalientes. ¡Qué locura la suya!

De cuando en cuando, el profesor hace un intento para que los alumnos razonen de dónde sacan las fórmulas o para que hagan un boceto del que se puedan deducir las ecuaciones. Pero, si han aprobado (¡algunos hasta por él!) en años anteriores sin hacer todo eso, ¿no es, acaso, razonable preguntarse por qué va a ser este curso diferente?

Suena la sirena. Al salir, algunos jóvenes lamentan haberse apuntado a Física. Pensaban que ciencias era otra cosa: asignaturas técnicas donde con un poco de talento, una espontánea idea feliz y trabajo de última hora se podía aprobar. Asignaturas donde se aprendían fórmulas y el mayor esfuerzo consistía en el tiqui-taca de operar. En su defensa cabe alegar que tampoco es únicamente culpa suya pensar así, pues muchos sacaban notables en matemáticas durante la educación obligatoria con trabajo de ultimísima hora. Es más: nadie movió ni un dedo para evitarlo; porque, señores y señoras, lo importante es que nuestros jóvenes posean títulos, aunque estén vacios en conocimientos.

¡Qué pena que esas setas que ingerí no fueran alucinógenas! Porque parecer, lo parecen.

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Hipervínculo de la foto:

http://www.google.es/imgres?q=sistema+educativo+actual&start=15&num=10&hl=es&gbv=2&biw=1024&bih=646&tbm=isch&tbnid=dE8ulScT1UupgM:&imgrefurl=http://blogs.21rs.es/uncandilenelpatio/2011/11/18/%25C2%25BFse-puede-aprender-disfrutando/&docid=mGjnFZIj8HscJM&imgurl=http://blogs.21rs.es/uncandilenelpatio/files/2011/11/111104.profesores.reunion.aprender.divirtiendo3.jpg&w=624&h=412&ei=bdT9TuKMKIeZhQe-5dDPAQ&zoom=1&iact=hc&vpx=376&vpy=128&dur=1089&hovh=182&hovw=276&tx=167&ty=132&sig=113743344403395689531&sqi=2&page=2&tbnh=114&tbnw=173&ndsp=17&ved=1t:429,r:7,s:15